Pedagogía de Umbral
El objetivo de la educación de la interioridad será:
La unificación de las diversas dimensiones de la persona.
La construcción de la unidad con los demás, con la naturaleza y el absoluto.
El adentramiento en el Debir no es algo que podamos por nuestras fuerzas o que otro pueda hacer por nosotros. Es gracia – invitación.
La educación de la interioridad se ocupa del proceso que nos conduzca por las tres primeras dimensiones (corporal – psico – trascendente)
Mundo interior y experiencia espiritual
Cultivar la interioridad en la escuela desde la perspectiva cristiana es crear unas condiciones óptimas que permitan al alumno:
reconocerse como valioso y auténtico,
encontrar un sentido a su vida
y un proyecto vital desde el cual desarrollarse y encontrarse con la humanidad.
Descubran dentro de sí la presencia de Dios en su vida y el rostro de Jesús en cada ser humano.
Jesús Paradigma de Humanidad
Jesús es plenamente corporal. Sana relación con su cuerpo. Lo físico es cauce de su interior y su interior se enriquece con lo que su cuerpo percibe y vive.
Su dimensión psicológica, su racionamiento, su pensamiento, y emociones están al servicio de todo su ser, integrando. Todo se pone al servicio de algo mayor: su misión, su vocación.
La dimensión social: su forma de actuar y ser con el otro, es una relación que cura con su contacto, con su estar presente con el prójimo. Hace crecer al otro.
Y su dimensión espiritual se manifiesta como un:
Vivir desde el Espíritu del Padre…
Cultiva su relación desde la oración, encuentro personal, vinculando vida y fe.
Su existencia centrada en una gran causa: el reinado de Dios, liberar, dar vida, restaurar, reconciliar.
SOBRE EL EDUCADOR Y LA INTERIORIDAD
Más que técnicas, se requiere actitud vital, experiencia de vida, gusto, valoración y deseo por desarrollar esta dimensión. Tener deseos de:
Querer ayudar al alumno a despertar su conocimiento interior;
Creer en esa vida interna que está en nuestros muchachos, protegerla de tantas amenazas y arideces, y ayudar a despertarla, caminando junto a ellos, respectando sus ritmos y acompañando su evolución.
Potenciar y ayudar a conectar, despertar y “sacar fuera” ese mundo interno. “las puertas de las personas se abren desde dentro”.
Actitudes que han de cultivarse en el educador
Estar abierto a las propias vivencias íntimas, reacciones y sentimientos, y de este modo estar preparado para acompañar a los alumnos en sus procesos.
Capacidad de escucha; para detectar las necesidades del grupo y de cada alumno en particular.
Ser capaz de dejarse sorprender: Confiar en sus alumnos, sin desesperarse o decepcionarse de ninguno, pues cada quien tiene su ritmo, y todos tienen ese mundo interior.
Considerar importante lo que favorezca la armonía y la belleza, lo que despierte alegría, admiración, ternura, etc.
Ser uno mismo y aprender a dejarse llevar por las propias intuiciones sobre las cosas.
Realismo y humildad: conocer los propios límites ni querer abordar todo… saber hasta dónde puede llegar.
Interioridad y aprendizaje…
"Sin curiosidad, sin la inclinación a cuestionar, y sin el ejercicio de la imaginación, la introspección y la intuición, la gente joven carecería de la motivación para aprender, y su desarrollo intelectual sería dañado. Privados de la comprensión de uno mismo y, potencialmente de la habilidad para comprender a los otros, puede ser que experimenten dificultades para co-existir con sus vecinos y colegas en detrimento de su desarrollo social. Si no fueran capaces de conmoverse con sentimientos de admiración reverente y maravilla ante la belleza del mundo en que vivimos… vivirían en un desierto interior espiritual y cultural…”
¿Interioridad y compromiso social?
El crecimiento personal y el compromiso social como estancos separados, contradictorios. Para qué perder el tiempo en tocar lo personal si lo que nos interesa es el compromiso social. Eso es narcisismo, que lleva a vivirse egocentrada, únicamente preocupada por ella misma.
Este riesgo existe. Formación= refugio, “calmante” de malestares, pretexto para aflojar el compromiso, poner por delante lo individual frente a la misión del equipo o para racionalizar intereses particulares.
Cree que “crecer” significa “estar bien sensiblemente”. Quedarse en la mera sensibilidad. O en el mirarme a mí mismo, en las dinámicas y juegos; en la evasión de lo que toca decidir, hacer y acompañar.
No olvidar que: llegar a ser uno mismo, es decir, vivir en coherencia consigo y con la mayor plenitud posible y, desde ahí, afrontar las dificultades para desplegarse en un eficaz actuar social. Es decir, ser uno mismo, auténtico y coherente, en las diferentes circunstancias que le presente la vida.
Mindfulness – Atención Plena
Se busca alcanzar un estado profundo de conciencia en el proceso y para ello se utilizan diversos ejercicios.
Buscamos conseguir una conciencia relajada y no juiciosa de los pensamientos, sensaciones y emociones.
Conocer que ocurre dentro de nosotros momento a momento.
Nos permite separarnos de nuestros pensamientos por un momento para reconocerlos y evaluar nuestros patrones.
Es muy importante centrarse en el aquí y el ahora.
Es una atención plena al momento presente y nada más.
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